La Hojarasca …de García Marquez.

…”Miércoles en Macondo. Buen día para enterrar al diablo. Pero entonces el niño vuelve a moverse y hay una nueva transormación en el tiempo. Mientras se mueva algo, puede saberse que el tiempo ha transucrido. Antes no. Antes de que algo se mueva es el tiempo eterno … como esta historia, inmovil, estática, absurda, que raya en la inacción, y en la que podría suceder cualquier cosa pero lo único que sucede es la muerte, una muerte que se estira como si no quisiera finalizar, porque la muerte no termina con el mero acto de dejar de respirar colgado de una soga en la soledad de una casa cuyas puertas se negaron a abrirse cuando la vida todavía tenía una esperanza. Alguien que encontró el maldito sitio perfecto para que sus propios demonios lo enterraran en vida, justificado por razones o sinrazones de las que nunca sabremos nada porque es otra historia de silencios, de secretos pasados y de odios callados que se ocultan en el corazón y terminan por poner el punto final a una vida que ya no tenía nada que hacer, y en el trance arrastra consigo al único que de quien recibió un poco de humanidad, aquél que ha de ocuparse de su último viaje, cobrando con ésto una deuda trágica, un entierro por una vida… un proceso amargo, un vacío insoportable para quien en este mundo contemporáneo no quiere malgastar un sólo día de vida, o una hora, o un minuto, pero al final de cuentas en mayor o menor medida ¿acaso no derrochamos todos incontables días y vueltas de las manecillas del reloj, en un estado aparente de estática, absurdos e inactivos?

Pero las historias siempre tienen más de un punto de vista, sobre todo si no se trata de un tratado científico como en este caso, como en todo lo que sucede, en los libros y en la vida, y los errores de unos a veces los cargan otros, pero no se trata de justicia o injusticia, sólo de un equilibrio de acciones y reacciones, a veces la hacemos y a veces la pagamos, a veces alguien nos salva la vida con tal de que le demos un trato digno durante el peor de sus fracasos … aunque huela a muerto.

Eso no tiene mayor problema, pero ¿y si fuese al revés?